Un mes entero buscando departamento para compartir con Angie. Recorrer toda la ciudad, escuchar a viejas chantas desesperadas por alquilarte a sólo un ojo de la cara por mes. Empleadas inútiles diciendote "no, ventanas no tiene, y esta al lado de un colegio primario, pero viste lo amplios que son los roperos???". Luchar para conectar la luz, el gas. Mudanza y todo el resto.
Cuando mi hermana llego a ver el departamento yo estaba muy emocionada, porque lo había encontrado, nuestro nuevo hogar perfecto. Con patio y todo!
La emoción de Angie, en cambio, fue muy particular:
- La pieza es chica...
Y así empieza una nueva era...
martes, 21 de abril de 2009
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